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Los niños y la salud mental ¿Es solo una etapa?

Actualizado: 3 jun 2022


Salud mental infantil

Puntos que recordar

  • Busque ayuda cuando el comportamiento o las dificultades emocionales del niño duran más de unas semanas y están causando problemas en la escuela, en el hogar o con los amigos.

  • Siempre busque ayuda inmediata si un niño se comporta de manera peligrosa o habla de querer lastimarse a sí mismo o a otra persona.

  • Una evaluación exhaustiva puede ayudar a determinar si es necesario dar tratamiento y qué tratamientos pueden ser más eficaces.

  • El tratamiento temprano puede ayudar a abordar las dificultades actuales del niño y también puede ayudar a evitar problemas más graves en el futuro.

Cuándo buscar ayuda

Incluso en las mejores circunstancias, puede ser difícil distinguir entre las emociones y los comportamientos desafiantes que son consistentes con el desarrollo infantil típico y aquellos que son motivo de preocupación. Es importante recordar que muchos trastornos como la ansiedad, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y la depresión pueden ocurrir durante la infancia. De hecho, muchos adultos que buscan tratamiento recuerdan cómo estos trastornos afectaron su niñez y quisieran haber recibido ayuda antes. En general, si el comportamiento de un niño persiste por algunas semanas o más, causa angustia al niño o a la familia e interfiere con el funcionamiento en la escuela, en el hogar o con los amigos, entonces considere buscar ayuda. Si el comportamiento de un niño es peligroso, o si un niño habla de querer hacerse daño a sí mismo o a otra persona, busque ayuda de inmediato.

Los niños pequeños pueden beneficiarse de una evaluación y tratamiento si:

  • Tienen rabietas frecuentes o están sumamente irritables la mayor parte del tiempo

  • A menudo hablan de sus miedos o preocupaciones

  • Se quejan de dolor de estómago o dolores de cabeza frecuentes sin causa médica conocida

  • Están en constante movimiento y no pueden quedarse quietos (excepto cuando miran videos o juegan videojuegos)

  • Duermen demasiado o muy poco, tienen pesadillas frecuentes o parecen que tienen sueño durante el día

  • No están interesados en jugar con otros niños o tienen dificultad para hacer amigos

  • Tienen problemas académicos o recientemente sus calificaciones han bajado

  • Repiten sus acciones o verifican las cosas muchas veces por miedo a que algo malo pueda suceder.

Los niños mayores y los adolescentes pueden beneficiarse de una evaluación si:

  • Han perdido el interés en las cosas que solían disfrutar

  • Tienen poca energía

  • Duermen demasiado o muy poco, o parecen tener sueño durante todo el día

  • Pasan más y más tiempo solos y evitan las actividades sociales con amigos o familiares

  • Tienen miedo a aumentar de peso o hacen dieta o ejercicio de manera excesiva

  • Se autolesionan (por ejemplo, se cortan o se queman la piel)

  • Fuman, beben o usan drogas

  • Participan en conductas arriesgadas o destructivas solos o con sus amigos

  • Tienen pensamientos de suicidio

  • Tienen períodos de muchísima energía y actividad y requieren dormir mucho menos de lo habitual

  • Dicen que piensan que alguien está tratando de controlar su mente o que escuchan cosas que otras personas no pueden escuchar.



Las primeras medidas que los padres pueden tomar

Si le preocupa su hijo, ¿Qué debe hacer primero?

  • Hable con el maestro de su hijo. ¿Cómo se comporta el niño en la escuela, en la guardería o en la hora del recreo?

  • Hable con el pediatra de su hijo. Describa su comportamiento e infórmele lo que ha observado y aprendido al hablar con otros.

  • Pida que le refieran a un profesional de la salud mental que tenga experiencia y conocimiento en tratar a niños. (Puede encontrar información adicional sobre cómo identificar a un profesional de la salud mental al final de este folleto).

Cómo encontrar respuestas

Una evaluación por un profesional de la salud puede ayudar a aclarar los problemas subyacentes en el comportamiento de un niño y brindar seguridad o resultar en recomendaciones para los próximos pasos. Ofrece la oportunidad de conocer las fortalezas y las debilidades del niño y de determinar qué intervenciones podrían ser más útiles.

Una evaluación exhaustiva de la salud mental de un niño incluye lo siguiente:

  • Una entrevista con los padres en que se hable sobre la historia del desarrollo del niño, su temperamento, sus relaciones con los amigos y familiares, historia clínica, intereses, habilidades y cualquier tratamiento previo. Es importante hacerse una idea de la situación actual del niño, por ejemplo: ¿ha cambiado recientemente de escuela, ha habido una enfermedad en la familia o un cambio que ha tenido un impacto en la vida diaria del niño?

  • Recopilación de información de la escuela, como pruebas estandarizadas, informes de comportamiento, capacidades y dificultades.

  • Una entrevista con el niño sobre sus experiencias, así como pruebas y observaciones de comportamiento, si son necesarias.

Opciones de tratamiento

Los resultados de la evaluación pueden sugerir que el comportamiento del niño está relacionado con cambios o tensiones en el hogar o en la escuela; o es el resultado de un trastorno para el cual se recomendaría un tratamiento. Las recomendaciones de tratamiento pueden incluir:

  • Psicoterapia (“terapia de diálogo”). Hay muchos enfoques diferentes para la psicoterapia, entre ellos, las psicoterapias estructuradas dirigidas a problemas específicos. La psicoterapia eficaz para los niños siempre incluye:

    • Participación de los padres en el tratamiento ( especialmente en el caso de niños y adolescentes )

    • Capacitación en habilidades y práctica de esas habilidades en el hogar o en la escuela (como “tarea” entre una sesión y otra)

    • Medidas de progreso (por ejemplo, escalas de calificación, mejora en las tareas asignadas de la escuela) que se rastrean a lo largo del tiempo.


  • Medicamentos. Los medicamentos pueden usarse junto con la psicoterapia. Al igual que con los adultos, el tipo de medicamentos que se use para los niños depende del diagnóstico y puede incluir antidepresivos, estimulantes, estabilizadores del estado de ánimo y otros ; con frecuencia se asocia tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos. Si está consultando a diferentes especialistas, el tratamiento debe coordinarse.


  • Consejería familiar. Incluir a los padres y otros miembros de la familia en el tratamiento puede ayudar a las familias a comprender cómo los desafíos individuales del niño pueden afectar las relaciones con los padres y hermanos y viceversa.

  • Apoyo para padres. Las sesiones individuales o de grupo que incluyen capacitación para los padres y la oportunidad de hablar con otros padres pueden ofrecer estrategias nuevas para apoyar al niño y manejar el comportamiento difícil de una manera positiva. El terapeuta también puede capacitar a los padres sobre cómo tratar con las escuelas. Miembros de la familia en el tratamiento puede ayudar a las familias a comprender cómo los desafíos individuales del niño pueden afectar las relaciones con los padres y hermanos y viceversa.

Fuente: DEPARTAMENTO DE SALUD Y SERVICIOS HUMANOS DE LOS ESTADOS UNIDOS Institutos Nacionales de la Salud

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